sábado, 3 de noviembre de 2012

Al espantapájaros le gusto mucho aquello y gritó:
-¿Qué haces?
Y el extraño personaje respondió:
-¿No lo estás viendo...? Bailo.
-Y ¿quién eres tú?
-Soy bailarín.
El espantapájaros repitió entre dientes:
-Bailarín...
Y aquella palabra sonaba, en sus labios de paja, como una música maravillosa.
-¡Qué suerte tienes! ¡Sabes bailar! -exclamó, suspirando, el espantapájaros.
Y el bailarín le contestó:
-No te preocupes, yo puedo enseñarte.

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